El oxígeno
ensancha la habitación
esa donde sueñas
tú dentro de mí.
Te espero en
cada giro de
mis venas
para
decirte que es
mía la sangre
en la que
levita tu nombre
como un susurro,
reconstruyendo recovecos de
adrenalina y pasión:
mis plaquetas ni
encuentran remedio ni
acuden al aviso.
Se abre paso
aquel chasquido de
tus labios
entre
la reminiscencia de
las piedras que
me hirieron.
Cicatrizante eco que
me evoca a "el
alma de los
momentos"
devolviéndome lo que
les di, sin
saber si fueron
verdad.
Segando como un
tren de piel
el viento siente
y se lo
lleva.
Se marcha porque
así debe ser,
para volver:
El oxigeno me
sorprendió en ti
y prometió regresar
Mientras camino, mientras
te busco. Mientras
te vuelvo a
pintar
entre el humo
de los coches
y los semáforos
en ámbar.
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